El Laboratorio “Ríe Pibito” (CONICET-UNR) tiene por objetivo promover y diseñar tecnologías para el desarrollo humano en salud de las comunidades en situación de pobreza desde el sistema público científico. El Barrio de Villa Banana se encuentra en la zona de las avenidas 27 de Febrero y Juan Domingo Perón y la actividad se focalizó en el pasillo que es continuación de la calle Gálvez, que se corta por la vía de ferrocarril que atraviesa el barrio.
A partir de la convocatoria abierta a participar de la actividad, del CONICET se sumaron las becarias María Paula Dizanzo, Rocío del Valle Fernández y Georgina Gallucci. También participaron del IBR, las investigadoras del CONICET Daniela Gardiol, Pamela Cribb; del IDICER (CONICET-UNR) la investigadora Ariana Díaz, el investigador Luciano D'Attilio y del mismo instituto la CPA Marisa Derio; del CEFOBI participó la investigadora Gabriela Müller; del IQUIR el becario Alejandro Recio.
Manos a la obra en el barrio
Una de las acciones de promoción de la salud que se llevaron a cabo fue la evaluación del suministro, uso y gestión del agua de consumo en los hogares. En total se visitaron 16 hogares donde viven 69 personas. Además se realizaron 27 test de detección de HIV, 7 de test de detección de sífilis y se brindó el servicio de consultoría, acción que estuvo coordinada por Miguel Taborda, docente en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (UNR). También se llevaron a cabo estudios de vigilancia nutricional y consejería alimentaria, que llegaron a 8 niños y niñas del barrio de las familias con menos recursos.
“Participé del proyecto de Nutrición, en el cual interactuamos con familias del barrio. A los chicos los pesamos y medimos para que puedan saber sus padres como se encuentran, además de dar consejos para una correcta alimentación” señala Alejandro Recio, becario del CONICET y agrega “Me sume a la actividad, porque entiendo que los proyectos científicos que se realizan en los ámbitos estatales tienen que estar dedicados a solucionar las problemáticas de la sociedad más allá de potenciar la productividad y generar conocimiento. Ir al barrio me recuerda el objetivo de porque hago ciencia. Además, al haberme recibido en una Universidad Pública, creo que es importante la realización de extensión universitaria y de entender que toda la sociedad es la que nos permitió ser profesionales”.
Como indica el investigador de CONICET Luis Veggi y Director del Laboratorio Ríe Pibito “La convocatoria y participación de personal de apoyo, becarios e investigadores del CONICET Rosario como de la UNR, fue fundamental para difundir y reflexionar sobre la importancia de las problemáticas de vulneración de derechos humanos de las comunidades en situación de pobreza de nuestra ciudad y para promover el desarrollo de proyectos que aporten a la misma en los organismos públicos de ciencia y tecnología. Esto último es fundamental para poder realizar el aporte necesario para que el Estado genere estrategias que permita cumplir con su rol establecido en la Constitución Nacional, de promover y garantizar a todos los ciudadanos y ciudadanas el ejercicio de los derechos humanos”.
“Me llevo una muy buena experiencia, ya que fuimos muy bien recibidos en el barrio y estamos participando todos los actores de la Universidad, del Sistema Científico y de la Municipalidad. Una de las alegrías que me llevo es que cada vez se van realizando más actividades en el barrio y nos vamos sumando más personas, por lo que al ir consolidándose este proyecto vamos a poder cambiar más la realidad del barrio y generando más actividades de extensión universitaria” indica Alejandro Recio.
Por su parte, la investigadora Gabriela Müller indica al respecto de haber participado de las actividades “Estoy muy feliz de haber compartido con ustedes esta experiencia. Remarco el flujo de trabajo, increíblemente eficiente y muy organizado. Me llevo lo aprendido de esto, aprendí en las charlas de capacitación, reflexioné mucho. Me encanta el laburo, siempre respetando a todos y cada uno, con sus valores y creencias, sabiendo que no se va a cuestionar nada sino a tender una mano. Me sumaré nuevamente a la próxima actividad con uds en septiembre para seguir aprendiendo y reflexionando sobre como aportar desde nuestro lugar a estas problemáticas”.
Marisa Elena Derio, CPA del CONICET en el IDICER, señala “Tengo una búsqueda constante de colaborar, también acá en el instituto participo de un grupo de promoción de la salud en base a la prevención de la Enfermedad de Chagas. Siempre tengo predisposición a dar una mano. Entrar en contacto con otra realidad de sufrimiento y violencia, te hace dar cuenta que uno está en otro mundo. Conocer sobre la dura realidad en las comunidades en situación de pobreza, ver pisos de tierra, sufrimiento, nos permite vivenciar la realidad”.
Colaboró en el desarrollo de la jornada, Priscila Castañeda, Agente Comunitaria de la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad de Rosario, quien coordina el taller "Yo sí puedo" que se realiza en el Comedor de Herminia, que fue la base de acción en la zona. De esta actividad también participaron el Centro de Convivencia Barrial Oeste, el Centro de Salud “David Staffieri”, la Guardia Urbana Municipal, de la Municipalidad de Rosario.
Estas actividades fueron financiadas con fondos del Programa de Fortalecimiento de la Ciencia y la Tecnología en Universidades Nacionales y del Programa Compromiso Social Universitario, ambos del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación y por la 11º Convocatoria de financiamientos de proyectos de extensión “La Universidad y su Compromiso con la Sociedad” de la UNR.